Clementina de la Cruz

Amo a mi abuela como a nadie y nunca lo dejaré de hacer.
Pero ella, sin duda alguna, fue, es y será siempre la mejor abuela del mundo.
Y es que nunca olvidaré aquella vez que ya creíamos que no venías y derrepente veo por la ventana el rostro de ella, tu abuela, venía contigo casi de la mano, acompañándote, arriesgándose solo por ti, queriéndote de forma tan inmensa, siempre.
Fue hace tan poco que la escuché invitarme a tomar uno de sus exquicitos juguitos de naranja que tan habituales eran en nuestros días escolares, impactándome la capacidad de recordar, que aún con todo ese dolor, mantenía, recordando perfectamente mi nombre y por sobre todo mi gusto por el néctar de su jardín que tan deliciosamente sabía preparar.
Parece haber sido ayer que yo, de forma muy atrevida, me pasaba esos minutos en su casa, aprovechándome de su generosidad... Aquellos días pude comprender cuanto te amaba, todo lo que por ti daba y era capaz de dar.
No hay hombre que pase por este mundo sin dejar legado y no será ella la excepción. Te heredó gran parte de lo que hoy eres tú, mi Carlita querida, te heredó su fe, su paciencia, su tranquilidad, su fuerza... Hoy, más que nunca, ella vive en ti.

Clementina de la Cruz (Q.E.P.D.)

* Yo heredaré su nombre :D


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