Fue extraño leer tu mail. Partiendo porque es de lo mas extraño que dos amigos solo puedan contactarse por la vía comunicativa mas fría que puede existir. Fuera de eso, provocó una extraña respuesta en mí. Me sentí en parte feliz por ver que no había problemas entre nosotros y en parte también triste, por no poderte tener a mi lado en este momento.
Me mató el "nunca olvides que te quiero", pero fue también, lo que logró mi tranquilidad.
Al igual que tú, no sé si haya sido esa la mejor decisión. No importa. La felicidad no la logra solo quien toma buenas decisiones, si no quien sabe hacer de cada decisión un objetivo logrado. Te apoyaré en ella aunque vaya incluso en contra de mis propios deseos, porque te quiero.
Sin duda, lo mejor que puedes hacer es repensarte y reevaluar tu vida. Tu eres capaz de mucho, solo hace falta que te des cuenta de eso, de que tu puedes por ti mismo y para ti mismo; vales mas de lo que siquiera imaginas. Lo sé porque así lo siento, porque así eres para mí.
Mas que sólo apoyar tu decisión, la respetaré. Esperaré que vengas y me cuentes todo, como lo prometiste. Esperaré a que vuelvas y ser yo esta vez quien te diga "te quiero" en una banca en alguna plaza una tarde. Esperaré a volver a recibir uno de esos mensajes. Por ahora no te preocupes, no intervendré. Solo esperaré.
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