Pasa, y ya no tan lejanamente, que me desconozco. Ando actuando como quien sabe qué personaje, que por cierto en nada se parece a mi persona. Caigo en actos que nunca antes hubiese realizado, digo aquello que nunca hubiese pensado decir y lloro tan estúpidamente seguido como a lo que hace un tiempo hubiese llamado patético. Y siiiiiiiii ! Esa es la palabra ! Estoy convertida en una pateticoide ridícula que no se reconoce ni encuentra al actuar.
Me exhaspera. Un minuto basta para cuestionar mi previo actuar y no entenderme. Es realmente irritable. Y es por eso que hoy estoy aquí, comenzando a reconocerme a mi misma, volviendo a mi gente, a mis lugares, a mis olores y a mis andares, que si bien no son los mismos de hace uno, dos o más años atrás, son aquellos que me recuerdan quien soy... Cuesta, vaya que cuesta. Pero se ha comenzado bien, pues se ha partido del deseo de recomenzar. He aquí el punto de partida, y del deseo a la meta, cuando para mí es un objetivo, cuesta, pero siempre se logra.-
.